Cartas sirias desde Grecia

Cuando conectamos con personas en situación extrema, se pone en marcha la empatía o simplemente la compasión y se siente en propia persona su miedo, su dolor, su frustración y desesperación y, también en algunos momentos, el humor, la diversión y la alegría de compartir. Se siente con ellos y se crea un vínculo. Esto es lo que nos ha sucedido a muchos voluntarios en Grecia.

Este libro recoge las cartas de refugiados sirios en los campos de Eko, Idomeni y Vasilika, que enviamos al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo para documentar los casos de las familias y personas que sufren en su carne la violación de los derechos más fundamentales, con el fin de preparar un recurso ante este tribunal. Tienda por tienda y con la ayuda de los traductores recogimos las historias de aquellas familias y las documentamos.

Querido lector, este libro quiere acercarte el testimonio directo de todos estos jóvenes y sus familias como si estuvieras charlando con ellos sentado en el suelo de una tienda maltrecha en algún lugar de Europa.

Me llamo Hassan, 26 años, hombre. Sirio, árabe, de Homs.

Viajo con mi hermana.

Quizá nadie oyó hablar de Siria antes de la guerra y quizá tampoco le interesará a nadie después de la guerra, pero tienes que saber que hoy en Siria hay una guerra y 24 millones de personas sin hogar.

Cuando decidí escribir mi historia no sabía para dónde, ni quién la leería, pero como mi historia hay millones de historias esperando que alguien las escuche.

Yo soy Hassan de Siria, de Homs, donde estudiaba ingeniería civil, pero lo dejé y ¿sabes por qué?, porque hay una guerra.

El caso permanece abierto.

Cartas de:

Sameer, Hassan, Liali, Ahmad Alyousef, Wadah Maktaby, Abdullah Hammal Sabouni, Dalal, Braa Ahmad, Kharwof, Ahmed Dibou Darwish, Esraa Alabeid, Ibrahim Ayan, Jahina Aisa Almohamd, Abdullah Abdalkarim, Ahmed Sheikho, Ayad Al-Garib, Abdulkader Chukri Jaafar, Abdulmejid, Mohamed Alyoussef, Shiar Yousef, Ghassan Ebrahim y Ahmed Yooso.